Nuestro país ha sido privilegiado por la naturaleza con más de 3000 kilómetros de costas bañadas por uno de los mares más diversos del mundo.
Con excepción de los 52 ríos que cortan la estrecha franja costera en su camino al Pacífico, el litoral peruano presenta la forma de un árido desierto que se precipita hacia el océano en forma de amplias playas, resguardadas caletas, ásperos roqueríos y colosales salientes moldeados por el ímpetu del viento y las olas.
Las playas peruanas se suceden en una variedad de escenarios y características capaces de satisfacer a una gran diversidad de viajeros: las hay de arenas blancas y finas, provenientes de lejanas dunas que viajaron por el desierto; de gruesas partículas que se resisten a adherirse a la piel de los bañistas; oscuras como el petróleo o de cantos rodados que parecen joyas pulidas por el mar; cubiertas de bosques de mangle o matizadas por solitarios cactus; de mar tranquilo y apacible o pródigas en olas de tremendo poderío y belleza. Algunas se han convertido en modernos puertos o pintorescas caletas de pescadores artesanales. Otras en cambio, conservan la misma belleza y encanto que la naturaleza les confirió hace milenios.
Entre las opciones están las áreas naturales protegidas: la Reserva Nacional de Paracas (Ica) es quizás la más icónica y famosa de ellas, pero otras como la Zona Reservada de Illescas (Piura) y la Reserva Nacional San Fernando (Ica) se cuentan entre las más hermosas y menos concurridas. Bandadas de flamencos a la orilla del mar, colonias de pingüinos y lobos marinos y cielos poblados por nubes de aves guaneras son aquí parte del paisaje. Si bien, cuentan con algunas restricciones de uso (como zonas establecidas para acampar), tienen la ventaja de ser seguras y contar con caminos bien señalizados y guardaparques dispuestos(as) a orientarte en tu visita.
Si tuviéramos que hacer un recuento rápido de las playas más bellas de nuestra costa, empezando, seguramente estas estarían entre las imperdibles de cualquier lista: bien al norte, en Tumbes, están las playas de Zorritos y Bocapán, sin duda, las que poseen las aguas más tibias de la costa peruana. Bajando, están Punta Sal, Máncora, Vichayito y Los Órganos, privilegiados enclaves de sol al borde mismo del tablazo sechurano. Cabo Blanco, bañado por las aguas frías, es la puerta de entrada a la corriente o peruana y el hogar de pescadores que mantienen la tradición de pesca de altura a bordo de veleros artesanales. Siguiendo con el rumbo, se encuentran Colán, Yacila, Cangrejos, las preferidas de los piuranos.
En Lambayeque están Pimentel y Santa Rosa, además de la costa de Puerto Eten, con sus playas bañando a algunos de los más alucinantes monumentos arqueológicos. La Libertad tiene a Huanchaco y sus caballitos de totora, pero también a Pacasmayo y Puerto Morín.
Áncash, por su parte, se jacta de poseer la costa más agreste de nuestro litoral. Caletas como Tuquillo, Corralones, El Huaro y Las Aldas son verdaderos tesoros playeros que muchos peruanos todavía están por descubrir. Acercándonos al sur, Lima empieza con El Paraíso y termina con Wakama, mientras Ica esconde playas casi vírgenes en las costas de Ocucaje y Palpa. Arequipa posee, sin objeciones, la costa menos poblada y seguramente la más escénica de nuestro litoral: caletas como Jiway, San José, Honoratos y La Huata son pinturas de agua tan cristalina como helada en espera de visitantes en busca de esa paz cada vez más esquiva en los grandes balnearios. Muy al sur, están Punta Coles y las extensas playas de arena de Moquegua y Tacna, con caletas y paisajes que pocos han visto, incluso en fotografías.
Las playas del Perú constituyen un crisol de paisajes y escenarios naturales que proporcionan un abanico de posibilidades para los amantes de los deportes acuáticos, la pesca, la gastronomía o, simplemente, la contemplación del entorno disfrutando de la suave brisa marina. Te invitamos a descubrirlas.
Playa Colores (Piura)
Un camino que bordea la costa nos lleva hasta esta playa de arena fina y mar calmo, salpicado de enormes moles de roca pulida y colores alucinantes: ocre, rosado, anaranjado y amarillo. Es una playa sencillamente espectacular que quedó expuesta para los amantes del mar hace unos pocos años. Playa Colores es un lugar para disfrutar un paisaje que parece sacado de una película del Jurásico. Por la tarde, el espectáculo lo ponen el ocaso y las chalanas a vela que llegan con la pesca diaria del sur.
¿Cómo llegar?
Toma el desvío asfaltado a El Ñuro, desde el km 1145 de la Panamericana Norte. Avanza un kilómetro y sigue por el camino afirmado hacia el sur (izquierda) que asciende a las colinas. Continúa por unos 3 km hasta llegar a una ensenada perfecta rodeada por curiosos cerros de color ocre. También puedes salir de Cabo Blanco por la ruta afirmada que se inicia en el point de surf y se dirige hacia el norte por la orilla del mar.
Bahía de Nonura (Piura)
Las costas de Bayóvar, que se despliegan al amparo de la península Illescas, pueden considerarse como las últimas playas vírgenes del Perú. De hecho, están entre las más hermosas. Ya sea bajo la forma de amplias ensenadas o roqueríos teñidos de blanco por el guano y que se descuelgan de las dunas del desierto sechurano, todas poseen un mar extraordinariamente rico y azul. Este es territorio de delfines, tortugas y grandes bandadas de aves marinas. La pesca es también incomparable y sus atardeceres logran conmover hasta al más escéptico de los viajeros.
¿Cómo llegar?
Toma el desvío asfaltado de 65 km que parte del km 886 de la Panamericana Norte y luego, internarte con rumbo a la costa. Para acceder a la costa es necesario un permiso de Sernanp, puedes pedirlo con una solicitud dirigida a las oficinas de Lima, deberás presentarlo en el control de ingreso. En esta zona es necesario acampar. Busca un espacio protegido para instalar el campamento, ya que corre un fuerte viento por las tardes.
Tuquillo, Corralones y Culebras (Áncash)
Ubicadas al norte de la ciudad de Huarmey, esta zona de la costa ancashina se parte en decenas de playitas abrigadas, roqueríos e islotes, cada uno más hermoso. Aquí las playas son pequeñas y en forma de herradura, con un mar siempre cristalino y, a veces, picado. Existen algunas zonas protegidas del viento, que suele arreciar durante la tarde. La pesca y el buceo son excelentes en el área, aunque el agua es bastante fría a lo largo de todo el año.
¿Cómo llegar?
Están al norte de la localidad de Huarmey, a poco más de 300 km al norte de Lima. Existen varios caminos afirmados que parten de la Panamericana Norte y que atraviesan una breve franja de desierto (unos 2 km) hasta llegar a la orilla.
El Paraíso (Lima)
Las playas de la península de El Paraíso (El Palmero, Puerto Viejo, Tartacay y otras) cumplen con todos los requisitos para hacerle honor a su nombre: numerosas ensenadas sin presencia humana, un mar tranquilo y siempre limpio, buena pesca y sol intenso en el verano. Son concurridas por campistas y veraneantes, que llegan hasta allí en busca de paz y un escenario natural de gran belleza. Muy cerca, al norte, se encuentra la albufera de Playa Chica, lugar de refugio de una abundante fauna silvestre. Suelen ser ventosas por las tardes.